La gente no maneja igual a las 7:00 que a las 8:30.

El otro día tuve que salir más temprano de lo normal a la oficina, específicamente a las 7:00 am, y descubrí algo que no sé si quería descubrir.

El tráfico a esa hora es un zoológico desatado: todos gritan, todos se meten, todos se sienten dueños de la calle. Literalmente parece que si no avanzas un metro más rápido, pierdes la vida.

Lo curioso es que ese mismo camino a las 8:30 am, es otra película.

Sí, sigue habiendo caos, pero más civilizado. La gente bosteza, el de adelante ya va con su café en mano, el del Uber te da el paso. Es como si la ciudad fuera la misma, pero con dos personalidades completamente distintas.

Así son tus clientes también.

No basta con decir “voy a hablarle a conductores que van al trabajo en la mañana”. Porque entre las 7:00 y las 8:30 hay mundos de diferencia.

Muchas marcas siguen describiendo a su público con la misma pereza de un formulario de gobierno: “mujeres de 25 a 35 años, clase media, que viven en tal zona”.

Eso ya no dice nada. Hoy la gente no se define por código postal ni por edad, sino por micro-momentos, por estados de ánimo, por la playlist que traen puesta en el carro.

Si no entiendes eso, terminarás hablándole a un público genérico que ya no existe.

La clave es afinar el radar y entender en qué momento de la película eres relevante para tu audiencia: ¿están en modo “tráfico de las 7”, histéricos y con el tiempo encima? ¿O están en modo 8:30?

Porque solo cuando entiendas eso de verdad, tu marca dejará de ser ruido

Hay nazho para rato…

Septiempre 29, 2025

Deja de buscar fórmulas mágicas y aprende a diferenciarte de forma estratégica, yo te enseño como.

Nazho Medina